Ezequiel A.
Como entrenador de fútbol, me considero una persona totalmente versátil que sabe adecuarse a las nuevas estrategias y tácticas. Mi perfil proactivo y con una capacidad comunicativa amplia hace que tenga muy buena relación con los grupos y pueda administrar un programa de fútbol en cualquier establecimiento educativo. La parte ofensiva es mi especialidad, al igual que el estrecho trato que tengo con las familias de los alumnos.
Metodología
Conocer el fútbol en todas sus facetas y saber explotar lo mejor de cada deportista.
Gran habilidad de comunicación con los jóvenes y adultos.
Muy buena capacidad para explicar la idea a desarrollar dentro del terreno de juego.
Desarrollo de las habilidades técnicas del futbolista.
Habilidad para conseguir objetivos y títulos a corto o medio plazo.
Capacidad para armonizar un grupo de trabajo y muy buena visión para analizar los encuentros.
La principal misión del entrenador de fútbol base es enseñar. Para poder enseñar, el entrenador tiene que tener conocimientos y saberlos transmitir. Tiene la obligación de estar al corriente de las diferentes materias que rodean al fútbol base moderno y enseñarlo, actualizándose por medio de contactos, libros, revistas, Internet, cursos y de todas las maneras posibles. El conocimiento del medio será básico para desarrollar la labor de entrenador. “No se puede enseñar lo que no se sabe”.
Como profesor, el entrenador debe poseer habilidades pedagógicas para poder afrontar el proceso de aprendizaje. Tiene que ser didáctico, directo y claro, y tener el crédito y el respeto de sus alumnos. Debe educar, es decir, formar el carácter del niño.
El entrenador tiene que transmitir los conocimientos de tal manera que puedan ser asimilados fácilmente. Debe conocer bien a sus jugadores, cada uno es diferente y se le debe tratar de forma diferente. Es necesario conocer cuál es la motivación del niño y del adolescente y cuál es el sistema de motivación adecuado.
Para que el deportista o alumno se desarrolle de forma íntegra es necesario que exista una buena y equilibrada relación con su educador. El entrenador es una de las figuras más importantes en la iniciación deportiva del niño, y en su seguimiento posterior, ya que el propio entrenador es el que planifica su preparación y el que lo acompaña continuamente. El entrenador debe optar por escoger un enfoque positivo en su educación-entrenamiento, debido a que aumenta la motivación del futbolista, y a su vez favorece la consecución de los objetivos plateados.
La relación entre el futbolista y su entrenador tendrá éxito si el comportamiento del entrenador, hacia sus futbolistas, o hacia la propia competición le influye positivamente al niño. El clima fomentado en la dirección de equipo por el entrenador va a influir en el comportamiento de los jugadores. Las diversas intervenciones del entrenador en situación de competición están cargadas de emoción y de afectividad, y es necesario encauzar adecuadamente las mismas, de forma que éstas tengan un efecto positivo en los jugadores. Ser positivos, no desmoralizarlos, tenerlos en tensión, pero no tensos y saber motivarles para sacar el máximo rendimiento, tanto en entrenamientos como en partidos. Hay que escoger el momento adecuado de cuándo comunicar.
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