Llevo 9 años viviendo el parkour, un deporte que no solo desafía el cuerpo, sino también la mente. A través de saltos, acrobacias y movimientos fluidos, he aprendido a dominar mi cuerpo de una manera que nunca imaginé posible. Cada obstáculo es una oportunidad para mejorar, y cada caída una lección que me impulsa a seguir adelante. Con los años, he perfeccionado técnicas avanzadas y he convertido el parkour en parte de mi vida diaria.
Hace 4 años decidí compartir mi pasión con otros, y me conve...
Llevo 9 años viviendo el parkour, un deporte que no solo desafía el cuerpo, sino también la mente. A través de saltos, acrobacias y movimientos fluidos, he aprendido a dominar mi cuerpo de una manera que nunca imaginé posible. Cada obstáculo es una oportunidad para mejorar, y cada caída una lección que me impulsa a seguir adelante. Con los años, he perfeccionado técnicas avanzadas y he convertido el parkour en parte de mi vida diaria.
Hace 4 años decidí compartir mi pasión con otros, y me convertí en entrenador. Enseñar me ha dado una nueva perspectiva: la de guiar a otros a descubrir su potencial, a superar miedos y a alcanzar metas que parecían inalcanzables. Me enfoco en enseñar de manera segura y progresiva, siempre con un enfoque en la técnica, para que mis estudiantes puedan disfrutar del proceso y mejorar constantemente.
Mi camino no se detiene ahí. He explorado la calistenia, desarrollando fuerza y control corporal, lo que complementa mi habilidad en parkour. El yoga ha sido otra pieza clave para mejorar mi flexibilidad y concentración, herramientas esenciales para lograr movimientos más fluidos y controlados. Además, mi incursión en el cheerleading me ha permitido incorporar acrobacias y trabajo en pareja, creando un enfoque integral en mis entrenamientos.
Todo esto ha sido una mezcla perfecta que me ha permitido no solo ser un mejor deportista, sino también un mejor entrenador, motivado por la idea de que no hay límites cuando se cree en el proceso.